miércoles, 27 de junio de 2007

La biblioteca y la cárcel: ¿incompatibles?

El tema de la lectura en la cárcel ha sido largamente desarrollado a lo largo y ancho de este mundo, pero, en Uruguay este tema ha pasado por lo meramente descriptivo salvando algunas expresiones de intervención que han pasado por los trabajos curriculares de los alumnos de bibliotecología o los proyectos de grado de los mismos en relación a la obtención del título de Licenciado en Bibliotecología.
Desde esta disciplina y una vez profesionales, no se ha logrado una incidencia ni una implicancia salvo una única experiencia que se está realizando desde un comienzo voluntario y honorario hasta hoy haber logrado institucionalizar este trabajo desde un convenio firmado el 24 de abril de 2007 entre el Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio del Interior de nuestro país, en este convenio se pretende/intenta crear, organizar y apoyar a bibliotecas dentro de los establecimientos carcelarios.
En este sentido la primer biblioteca creada desde lo profesional fue la formada en el año 2003 en la cárcel de mujeres de Montevideo, teniendo un impacto sujeto al momento muy importante.
Llegado el año 2007, nos encontramos con que esa biblioteca hay que rehacerla ya que por variables atentas a la situación carcelaria, aquella biblioteca fue suprimida en su espacio, debiéndo hoy comenzar de nuevo.
En el marco del convenio nombrado y junto al trabajo de Red de Bibliotecas Populares que venimos desarrollando es que nos hemos acercado al Pabellón Femenino de la Cárcel Departamental de Canelones, allí un grupo de reclusas y el equipo asignado para esta tarea estamos trabajando concretamente en la creación de la biblioteca desde su inicio pleno, es decir, de los estantes con libros viejos que allí encontramos pretendemos al finalizar el año poner a funcionar una biblioteca acorde al contexto en que se encuentra.
También comenzamos un trabajo en el Centro Nacional de Rehabilitación, primer experiencia en cárcel de varones, aquí la tarea apenas sí comienza y las expectativas son muy grandes ya que el dominio sobre lo femenino en el sentido de empatía cambia aquí radicalmente ya que desconocemos totalmente la visión del varón en prisión pero confiamos en que sea una experiencia no solo positiva para ellos sino para nosotras mismas en el camino de llevar no el libro a la cárcel sino el hábito de visitar la biblioteca al recluso.
En el Departamento de Artigas la experiencia de biblioteca en la cárcel la lleva adelante una trabajadora de biblioteca popular con quien colaboramos y esperamos ir generando vínculos más fuertes.
Nuestros próximos pasos están detrás del ComCar, La Tablada (Montevideo), y la Cárcel Departamental de Cerro Largo.

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